La grulla y la zorra – Журавель та лисиця

Una grulla y una zorra se toparon en el bosque. La grulla le dijo a la zorra: «Llévame contigo para pasar el invierno, y yo te enseñaré a volar«.

– «Muy bien», dijo la zorra.

La zorra se llevó a la grulla, y ambas vivieron en la madriguera de la zorra durante todo el invierno. Pero un día llegaron unos cazadores y vieron a una grulla y una zorra viviendo juntas y, con tal de sacarlas, comenzaron a excavar la madriguera.

Le dijo la zorra a la grulla: «¿Cuántas ideas tienes?»

– «Diez», dijo la grulla, «¿y tu, cuántas ideas tienes?».

– «Una».

Mas tarde, la zorra volvió a preguntar a la grulla: «¿Cuántas ideas tienes?»

– «Nueve», dijo la grulla, «¿y tu, cuántas ideas tienes?».

– «Una».

Un poco más tarde, vuelve a preguntar la zorra: «¿Cuántas ideas tienes?»

– «Ocho», dijo la grulla, «¿y tu, cuántas ideas tienes?».

– «Una».

Y asi continuó la situación, en la que la grulla continuaba diciendo una menos cada vez que le preguntaba. Un poco más tarde, cuando los cazadores ya estaban muchisimo más cerca, volvió a preguntar la zorra a la grulla: «¿Cuántas ideas tienes?.

-«Una», dijo la grulla, «¿Y tu?».

-«Una. ¿Cual es la tuya?».

Y la grulla le contestó: «Me haré la muerta junto a la entrada de la madriguera. Los cazadores me sacarán y me observarán; mientras tanto, tu sales huyendo. Ellos te perseguirán, y mientras tanto me voy volando.».

Y eso hicieron. Los cazadores pudieron entrar por fin a la madriguera y vieron a la grulla muerta, diciendo: «Ved, la grulla está muerta. ¡Seguramente la zorra la estranguló!. Pongamosla a un lado, pues ya es nuestra. Escarbemos más profundo para atrapar a la zorra.».

Ni habían terminado de decir eso, la zorra salió huyendo a toda velocidad: ¡fffft!, y mientras los cazadores reaccionaban, ¡prrrrkh!, salió volando la grulla, al bosque.

Tras un rato, y para lograr reunirse, la grulla y la zorra comenzaron a emitir sonidos:

– «¡Kith!», dijo la zorra.

– «¡Kin!», respondió la grulla.

– «¡Kith!», dijo la zorra.

– «¡Kin!», respondió la grulla.

Entonces la zorra gritó «¡Ho!», y ambas se reunieron.

– «Ahora», dijo la zorra, «tu me tienes que enseñar a volar, pues ya te llevé a mi madriguera durante el invierno».

– «Muy bien», dijo la grulla, «Súbete a mi lomo».

La zorra se sentó sobr el lomo de la grulla, quien voló tan alto como una casa en el cielo. Entonces la grulla dejó caer a la zorra, y preguntó: «¿Se siente bien volar?».

– «Bien».

– «Ahora súbete de nuevo en mi lomo».

Eso hizo la zorra, y esta vez la grulla voló tan alto, que ya no se podía ver. Pasó aobre un lago, y dejó caer de nuevo a la zorra, preguntando: «¿Se siente bien volar?».

La zorra ya no respondió, pues ya estaba nadando hacia la orilla.

– «¡Quits!», dijo la grulla, y se fue volando.

Deja una respuesta